Mencionamos en un artículo relacionado de esta serie que se había planteado un desafío al uso de plurales masculinos para incluir una mezcla de personas o cosas masculinas y femeninas. Primero los políticos, y luego los influenciados por ellos, empezaron a decir “las y los” en lugar de solo “los.”
“amigas y amigos” reemplazó al colectivo masculino y femenino “amigos.” Por el lado de la rueca, se argumentó que no era justo cuando había muchas mujeres y un hombre, que el grupo debería ser masculino. «Ellos serian «ellos» no «ellas;” “nosotros» sería «nosotros» no «nosotras.” Nadie explicó nunca, por cierto, por qué la orden sigue siendo «las damas primero», por así decirlo.
En Internet, donde la gramática correcta es menospreciada por millones, y en correos electrónicos masivos, la gente comenzó a reemplazar la «o» con el signo «arroba», usándolo como una especie de bromista: «comodin” en español, que podría ser “o”, “a” o ambos. Querid@s amig@s, por ejemplo. Esta es una solución cibernética torpe que no es aplicable a la palabra hablada. El uso de una “x” en lugar de @ — “amigxs” — también solo está disponible en forma escrita.
Luego, los pronombres de género neutral y el lenguaje inclusivo se convirtieron en algo en partes del mundo de habla inglesa, donde supuestamente no había problema con los plurales, ya que «ellos» y «nosotros» ya no tienen un género específico.
México ha estado abierto durante mucho tiempo a la influencia extranjera, adoptando y adaptando gradualmente las tendencias sociales, y casi inevitablemente los pronombres de género neutro con sus correspondientes controversias hicieron su aparición, aquí y en otras partes del mundo de habla hispana.
De las tres vocales restantes disponibles (la «a» y la «o» fueron tomadas y claramente comprometidas), alguien en algún lugar decidió que la «e» sería la forma neutra pronunciable más práctica: «Los amigos» en vez de «los amigos,” “todes» para reemplazar «todos» o «todas,” “nosotras» en vez de «nosotros,» y así.
El nuevo «lenguaje inclusivo” no ha sido aceptado por la Real Academia Española, la Real Academia o la RAE, ampliamente reconocida como la autoridad en asuntos relacionados con el uso correcto del español. Y hay que decirlo, esa organización hasta ahora sofocante ciertamente se ha relajado en los últimos años, aunque no tan descuidadamente como Merriam-Webster.
Dónde terminará todo esto es una incógnita. La RAE ya ha sido acusada de antifeminismo en las redes sociales por su postura en contra de duplicar los plurales o sustituir “@”, “e” o “x”, calificándolos de innecesarios ya que la “o” tiene la misma función y es ya lingüísticamente neutral en cuanto al género en esos casos.
La Academia mantuvo su punto de vista en 2018 tras designar un panel de dos hombres y dos mujeres para estudiar el tema del lenguaje inclusivo en español.
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